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El Tarro canelo es un tarro de tamaño mediano que se caracteriza por su plumaje, de un precioso amarillo canela, con un espéculo verde brillante. Los machos presentan una especie de collar oscuro y estrecho alrededor del cuello, mientras que las hembras poseen plumaje blanco en la cara y son algo más pequeñas (pesan entre 0,9 y 1,5 kilogramos). El pico, las patas y los pies son de color negro. En cuanto a los juveniles, su tonalidad es grisácea. Suelen nadar con la cabeza erguida y la parte delantera del cuerpo a ras del agua, si bien son muy terrestres. Demuestra cierta preferencia por los lagos y zonas despejadas de árboles, aunque se deja ver en cualquier depósito de agua dulce o salobre (desde el nivel del mar hasta los 4.500 metros de elevación). También se mueve por rocas y árboles, en parejas o grupos reducidos. Eso sí, en invierno forma parte de grandes reuniones con miles de ejemplares.
Su alimentación se basa en retoños verdes, brotes tiernos, grano y algunos insectos propios de terrenos áridos y salitrosos. Suele alimentarse, principalmente, al amanecer y al atardecer.
La reproducción comienza con una nidada de seis o 12 huevos blancos, depositados uno a uno. Es entonces cuando la hembra incuba la nidada, durante 27 o 29 días. El padre, por su parte, permanece cerca para defender a su pareja y a las futuras crías, que pueden empezar a valerse por sí mismas a los 55 días de nacer.