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Típico de Sudamérica, el Ganso magallánico o Cauquén común difiere de color en función del sexo. Los machos son blancos, con barras negras en el dorso y los flancos, así como en el pico y las patas. Las hembras, por su parte, son castañas: de cabeza ocre, espalda y pecho con líneas negras, vientre en blanco y negro, plumas grises debajo de la cola, patas amarillas y pico rosado. El dimorfismo sexual es característico de esta ave: tanto en la coloración de las plumas como del pico y las patas. Durante la época de la muda pierden, por lo general, el plumaje primario y secundario, por lo que quedan incapacitados para volar; por eso recurren al agua, para protegerse (lo hacen también en época de cría). Conocidos como caiquén, avutarda magallánica o cauquén magallánico, su vuelo es batiente, regular y tiene forma de V. Se mueven sincronizados, alternándose en sus posiciones: el ave que abre camino se coloca luego atrás, y viceversa. El Ganso magallánico vuela en grupos de hasta 150 individuos, aprovechando las corrientes de aire y las condiciones climáticas. De hecho, es capaz de esperar varios días para emprender el vuelo.
Es un ave estrictamente vegetariana. Su alimentación se basa en pastos blandos y semillas.
Con el fin de ocultar el nido en la época de la reproducción, recurren a vegetaciones altas para la cría. Ello a pesar de que se alimentan de pasto bajo. Entre los meses de septiembre y octubre se produce la puesta, que va de cinco a ocho huevos. Los polluelos nacen después de 30 días de incubación, y abandonan el nido muy pronto (eso sí, permanecen un tiempo al lado de los padres). La depredación, sin embargo, hace que la mortalidad infantil sea elevada en esta especie.