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El Pato Mandarín es un pato pequeño, apenas pesa 500 gramos. Cuando se acerca la primavera, marcha con su pareja a las regiones donde anida, en Manchuria y China. Como muchos otros patos, solamente el macho exhibe los colores durante la temporada de cría (el resto del año es similar a la hembra): un llamativo copete rojo con destellos verdosos sobre la frente, dos franjas anchas laterales (color crema o blancas), ojos oscuros, pico rojo y unas mejillas que muestran unas plumas anaranjadas características. El pecho y la garganta son de color morado; el vientre, blanco. Los flancos de color crema poseen dos bandas azuladas marginales que terminan en otras dos franjas anaranjadas curvadas hacia arriba. El obispillo es de color verdoso oscuro. La hembra, por su parte, es de color pardo grisáceo. En invierno puede formar grupos, pero raramente se asocia con otros patos.
La alimentación del Pato mandarín es de carácter herbívoro, estrictamente.
Se trata de un pato monógamo: si llega a criar dos temporadas seguidas con el mismo ejemplar, es posible que forme pareja estable. Cuando llega la época de la reproducción, la pareja selecciona, en primer lugar, el territorio donde anidar. El nido, que por lo general se encuentra en los huecos de los troncos de los árboles y a cierta altura, será defendido por ambos de otros miembros de la especie. Es muy extraño que aniden en el suelo. Los dos progenitores participan en la incubación de los huevos, si bien es la madre la que se pasa la mayor parte del tiempo sentada sobre el nido. La nidada consta de nueve o 10 huevos color crema blancuzcos.