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Las características morfológicas del Cerdo vietnamita varían en función de la casta y sus ancestros. Los rasgos de los cerdos salvajes europeos son, al parecer, dominantes. Son porcinos oscuros, su color marrón tiende al negruzco, con pelos protectores grises. Poseen una melena dorsal que va del cuello a la grupa, cola poco rizada y orejas cubiertas de pelo. Raramente, presentan manchas blancas en el vientre, la cola y las patas, sobre todo. Estas manchas, si son abundantes, están relacionadas con individuos que han sido seleccionados por su coloración y variedad genética, que les permitirán ser usados como mascotas más llamativas. La alimentación y el ritmo de vida, más o menos sedentario, influyen en su peso, que puede alcanzar con facilidad los 35 kilogramos. No les gusta estar patas arriba por una cuestión de inseguridad: se sienten amenazados en posición volteada (tienen menor tiempo de reacción ante cualquier peligro o agresión externa). Lo que sí les agrada es bañarse en el fango o en el agua, manteniendo una temperatura que les permita protegerse de los insectos (si les hace falta se sumergen en su propia orina para mantenerse frescos).
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Es un animal omnívoro y, en ocasiones, oportunista. La alimentación del Cerdo vietnamita se compone de arbustos, malas hierbas, huevos, serpientes, saltamontes, ratones, raíces, tubérculos e incluso abono.
Sobre la reproducción del Cerdo vietnamita cabe destacar que el macho más agresivo puede hacerse con un harén de hasta ocho hembras en época de celo, aunque ellas solamente son receptivas durante tres días. Una vez fecundadas y después de 115 días de gestación, darán a luz entre cinco o seis lechones. Son extremadamente protectoras con ellos.