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El Pingüino Saltarrocas es un animal agresivo, especialmente con el Págalo grande, un ave que suele atacar sus nidos. Se le denomina así porque habita en zonas escarpadas de la costa. Es un pingüino que se distribuye, según la subespecie de que se trate, por el sur de Chile, las islas del sur de Argentina, Nueva Zelanda, las Islas Crozet, etcétera. Pesa entre dos y cuatro kilogramos, y es la más pequeña de las aves polares de su género, las llamadas crestadas. En la parte superior de sus diminutos ojos rojos se encuentra su característica y llamativa ceja de plumas de color amarillo brillante, proyectada hacia atrás. De patas cortas y colocadas en una posición bastante retrasada con respecto al cuerpo, posee una capa impermeable de plumas que miden, de media, casi tres centímetros de longitud. Blancas en la parte inferior, negras en la parte superior. Sus alas son fuertes, rígidas y estrechas (lo que mejora su natación).
Se trata de una especie cuya alimentación se basa en krill y peces.
El Pingüino saltarrocas se aparea a finales de primavera o principios del verano, época en la que sus vocalizaciones son muy específicas (tanto es así que las denominan vocalizaciones de éxtasis). Suelen mantener, además, la pareja de años anteriores. La reproducción consiste en una nidada de dos huevos: el primero es un 25% más pequeño que el segundo, que la hembra pone cuatro días después. Lo habitual es que solamente salga adelante el pichón procedente del huevo de mayor tamaño. A veces se convierten en padres adoptivos, al hacerse cargo de un tercer huevo para incubar que ha sido abandonado por otra pareja. Eso sí, una vez que la hembra ha realizado la puesta, es el macho el que incuba los huevos. Ella se ocupa de la alimentación de ambos, del padre y del pollo, una vez nacido. El padre de la cría únicamente tendrá que alimentarla en el caso de que la madre tarde mucho en traer la comida o no vuelva. En este caso, el macho alimentará al pichón con leche de buche regurgitada.