El pingüino, el ave que no sabe volar

Los pingüinos son aves muy entrañables que pasan la mayor parte de su vida nadando en las frías aguas del océano. Sólo alcanzan tierra para anidar y cuidar a sus crías. La mayoría de pingüinos vive en el hemisferio sur en aguas heladas que no superan los 20 grados bajo cero. Todos excepto una especie: el pingüino de los Galápagos que habita en aguas más cálidas.

Estas aves marinas son capaces de aguantar el frío más intenso gracias a que su plumaje está formado por tres capas. Bajo su piel tienen además una gruesa capa de grasa y un sistema de vasos sanguíneos en las aletas y patas que ayudan a calentar esas zonas. Sus alas son en realidad aletas con huesos y articulaciones rígidas. Las patas, situadas muy atrás en el cuerpo, actúan como timones bajo el agua. En cuanto a su dieta, los pingüinos se alimentan principalmente de krill, peces pequeños y crustáceos.

Como curiosidades, el pingüino azul es la especie más pequeña con tan sólo 40 centímetros de altura y un kilo de peso, mientras que el pingüino rey es el más grande y colorido, pudiendo alcanzar el metro de estatura. El pingüino emperador no emplea nido para su huevo, sino que lo mantiene entre sus patas durante toda la incubación. Además, el emperador es el que aguanta más tiempo la respiración bajo el agua: unos 18 minutos. Entre los más rápidos en el agua, se encuentra el pingüino papúa, que alcanza los 36 km/h.

La Antártida, Punta Tombo o la Patagonia Argentina son algunos de los lugares donde podemos ver miles y miles de pingüinos. Pero no hace falta hacer un viaje tan largo para disfrutar de estos simpáticos animales. En Madrid es posible ver más de un centenar de pingüinos en el Ecosistema Polar de Faunia, el Parque Temático de la Naturaleza: Adelia, Barbijo, Humboldt, Magallanes, Papúa, Rey y Saltarrocas son algunas de las especies más sorprendentes que conviven en Faunia.