¡No te pierdas las noches mágicas! Descubre Brilla Faunia aquí
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Si ya has disfrutado de la zona “Sombras silenciosas” de Faunia, seguro que estos animales han conseguido llamar tu atención. Y si aún no has tenido la oportunidad de conocerlas de cerca, te animamos a que vengas a verlas. ¡No te decepcionarán! Las chinchillas, tan pequeñas y tan graciosas, con esas enormes orejas, forman parte de un género de roedores de la familia Chinchillidae, en la que también se encuentran las vizcachas.
Proceden exclusivamente -es decir, son endémicas- del sur de los Andes, uno de los muchos tesoros naturales de América del Sur. Animales de altitud y habituados a territorios hostiles, el origen de su nombre todavía es motivo de debate, siendo una de las teorías más extendidas la que apunta a su relación con los “Chinches”, tribu nativa procedente de la cordillera sudamericana.
Con un cuerpo de solo 26 cm, las chinchillas se caracterizan principalmente por un abundante y suave pelaje grisáceo. Y es que cada folículo de su piel puede albergar hasta 150 pelos, algo que unido a unos higiénicos baños de arena les hace mantener un más que agradable tacto. Una cualidad que tiene doble filo, pues el gran aprecio que se les tiene en peletería y las consecuentes cazas las han llevado a estar en riesgo de extinción.
A pesar de su afable apariencia, las hembras en particular, además de ser más grandes, tienen un poderoso carácter, comportándose entre ellas con un gran sentido territorial. Además, llegada la época de celo, al macho le convendrá más que nunca respetar el espacio de su compañera, especialmente agresiva en esa difícil época. Un periodo que dura aproximadamente 38 días y en el que pueden producir hasta 3 camadas distintas en un mismo año. Pero no vayas a pensar que son animales introvertidos e individuales, todo lo contrario. Las chinchillas pueden formar colonias de hasta 100 individuos. ¿Te vienes a conocer a estos vivaces roedores?