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Si hay alguna característica que define al Mono de Noche es que es el único primate de hábitos completamente nocturnos. Su hogar está en los huecos de los troncos de los árboles, que comparte con la pareja y alguna de las crías de menor edad. Defiende un área de 10 hectáreas como propia, aproximadamente.
Es de pelaje corto, denso, semi-algodonoso y suave, cuya coloración va del gris plata al gris negruzco y el marrón en la parte ventral. El rostro está rodeado por tres líneas marrones o negras, separadas y bordeadas por áreas grises. La cabeza es redonda, los ojos muy grandes; la cola, muy peluda, no es prensil. En cuanto a las orejas, son pequeñas y están ocultas por el abundante pelo. Su nombre científico, aotus, significa “sin orejas”. Resulta curioso ya que el Mono de noche disfruta de buena audición y visión policromática. Emiten sistemáticamente una gran variedad de sonidos diferenciados para comunicarse entre ellos. Son capaces de hinchar una bolsa que se encuentra bajo la barbilla y proporcionar así resonancia a la voz.
El mono de noche es igualmente simpático y misterioso. Si quieres aprender más sobre este primate no puede dejar de pasarte por Faunia.
La alimentación de estos monos consiste en frutos, néctar, hojas, insectos, lagartijas, aves y pequeños mamíferos.
Su reproducción es similar a la de otros primates. La crianza de los monos de noche es compartida por ambos progenitores. Una vez al año y tras 133 días de embarazo, la hembra da a luz a una cría que permanece con sus padres durante dos años y medio, aproximadamente. El bebé es acarreado por el macho desde su primera semana de vida; solamente se lo dejará a la madre para que ésta lo amamante.