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Todavía no sabemos si a los miembros de la subfamilia de peces denominada científicamente como apmhiprioninae les hace mucha gracia eso de “peces payaso”. Si notáis que alguno se ofende, también cabe la posibilidad de llamarles peces anémona. En realidad, suena bastante más aburrido, pero trae consigo una interesante explicación. A continuación repasaremos algunas de las principales características del famoso pez payaso, al que podrás encontrar seguro en tu próxima visita a Faunia.
El pez payaso se caracteriza principalmente por sus contrastados e intensos colores, que le han convertido en uno de los peces más célebres del arrecife. Posee una gama que va del rojo al rosa y del negro o el naranja al blanco. Pero hay algo más que llama la atención nada más verlo, y de ahí su segundo nombre. Nos refererimos a su convivencia en completa armonía en los arrecifes de coral con las anémonas, unos animales marinos que por su aspecto bien podrían pasar por plantas ante nuestros ojos y con los que forman un perfecto equipo. Dos especies que sin duda entienden a la perfección eso de que dar es recibir.
Básicamente, las anémonas ofrecen protección frente a posibles atacantes, y a cambio los peces payaso les acercan alimentos a la boca. Pero hay más, pues debido a su continuo movimiento, los peces payaso limpian el disco oral y los tentáculos de las anémonas, evitando así posibles infecciones. Parece un buen trato, ¿no?
Originarios de la zona formada por los océanos Índico y Pacífico, los peces payaso triplicaron su fama gracias al cine. En el año 2003, la productora Pixar apostaba por una película protagonizada por Marlin y su hijo Nemo, pertenecientes los dos a una subespecie de la familia conocida por sus características tres rayas blancas. Ya sabéis, hablamos de Buscando a Nemo. El resto es historia... ¡Te están esperando en Faunia!