Emú

El Emú ostenta el título de segunda ave más grande del mundo (sobrepasa, en algunos casos, el metro y medio de altura, así como los 60 kilogramos). Sus patas, fuertes y bien desarrolladas, les han permitido adaptarse a la vida terrestre; de hecho, es su único medio de locomoción puesto que tienen las alas atrofiadas, no pueden ya volar. Macho y hembra son de apariencia similar, si bien ella es algo más grande. El plumaje del Emú es gris, también el color de la piel en las extremidades; el cuello es gris azulado mientras que la cabeza posee un color más bien oscuro. Una de sus características son las plumas claras del pecho, que no llegan a ser blancas del todo y pueden observarse en estos animales cuando adoptan una postura más erecta de lo habitual.

La alimentación del Emú está basada en materia vegetal, frutas, semillas y brotes. También es capaz de comer algunos insectos.

La reproducción de esta especie ocurre de febrero a marzo, cuando una o más hembras depositan en el suelo sus huevos (de cinco a 10 ejemplares, aproximadamente, aunque pueden llegar a poner una veintena). Previamente han construido un nido al abrigo de arbustos, compuesto de vegetación. El Emú macho es el encargado de la incubación, que dura entre 58 y 61 días. Durante este tiempo no abandona el nido para nada, no come ni bebe; se nutre exclusivamente de sus reservas de grasa. Los pollos que ingieren una mayor cantidad de proteína (orugas y saltamontes, sobre todo), precisarán de algunas piedras pequeñas para facilitar la digestión de los alimentos.